De Egor (Cărtărescu 1)


        


     
Mircea Cărtărescu
   Teniendo en cuenta las obsesiones que Cărtărescu deja entrever en sus historias, más justo que decir que la siguiente es una cita suya, sería adjudicársela a uno de sus personajes, a aquel gigante que alarga sus dedos como humo de cigarrillo en las páginas de REM. 


      “Un gran escritor no es más que un escritor a secas. La diferencia está en el matiz, no es innata.  (...) Toma los mejores libros jamás escritos. Apenas contienen un poco más de sustancia que los libros mediocres. Fundamentalmente son libros, ¡nada más! Su lectura procura un placer estético un poco más intenso. Como un café más azucarado. Pero lo mejor que se puede hacer es abandonarlos al cabo de treinta páginas para ir a preparar un bocadillo o para ir a ducharse. Incluso se pueden leer al mismo tiempo que una novela policíaca. Dentro de varios miles de años sólo serán polvo y ceniza. Si tal es la realidad, ¡proponer a un ser como tú, que posees la enorme suerte de existir y de pensar el mundo, que te conviertas en un genio es humillante, es ínfimo! En cada persona existen tales posibilidades, que frente a ellas, la eventualidad de llegar a ser el escritor más grande del mundo o de todos los tiempos equivale sencillamente a una proposición deshonrosa, tan fácil resulta llevarla a cabo. Sólo hay un milagro: existir y saberlo (...) No, no pretendo ser un gran escritor, quiero serlo todo. Sueño sin tregua en un creador que gracias a su arte influyera para siempre en la vida de los hombres, en la vida de todos los hombres y por consiguiente en la  vida del universo entero. Hasta las estrellas más remotas, hasta las extremidades del espacio y del tiempo. Llegaría a sustituir al universo, a convertirse él mismo en el Mundo. Sólo por este cauce un hombre, un artista está en condiciones de cumplir su misión. El resto es literatura, una colección de trucos dominados más o menos bien, pedazos de papel manchados de tinta por los que nadie daría cinco céntimos, por muy geniales que sean los signos gráficos trazados en ellos. (...) la mayoría de esos hombres, quiero decir, de esos escritores, no serán nunca el todo. Ni siquiera serán genios. No serán nada. Yo... yo soy uno de ellos. Pero por lo menos lo sé y en todo expreso mi impotencia. Sé que nada puede ser expresado realmente, que nadie espera que los demás se expresen, pero también sé que uno debe expesarse. Sé que es preciso oponerse a la injusticia de haber nacido hombre, la que nos impide ser el todo. Es justamente lo que yo hago con todas mis fuerzas.”
Egor. REM





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