Cărtărescu (3)


Cartarescu afirma escribir de corrido, sin tachones; habla de la improvisación, de la confianza que tiene en su mente cuando escribe. Consciente de las dudas que este proceso puede despertar en la academia, acostumbrada a pensar la literatura como un espacio de creación en el que se intenta lograr la perfección estructural y la coherencia argumental, explica (o justifica, quizá) su método de una manera bellísima:

"La termita no es un arquitecto. Ella no comienza a construir su inmenso castillo de seis metros a partir de un plano. Todo lo hace al azar. Una termita pone una bola de barro en un lugar, una segunda, al ver esa bola, se ve obligada a poner otra. Viene una tercera y pone una más. Al final, a partir de estas acciones ciegas, brota una arquitectura maravillosa, con infinitas recámaras, con pozos de ventilación y un extraordinario control de la temperatura. ¿Por qué sucede esto? Simplemente por que el termitero es una prolongación del cuerpo de la termita y por que, del modo en que ella está constituida, no puede hacer otro tipo de nido. Así que el plano de la construcción es la misma termita. De igual manera mis libros son una prolongación de mi mente. Ahí está el plano. Yo no puedo hacer otros libros que los que estoy hecho para hacer. No puedo escribir los libros de Dostoievsky, ni Dostoievsky podía escribir los libros de Balzac. Cada uno escribe los libros de acuerdo con el plano que contiene su subconsciente, el plano de sus pulsiones. Yo no necesito hacer un plano inicial al abordar una novela, por que ya sé lo que debe venir tras la página que he escrito. Lo lamento, no puedo escribir otra cosa."




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