En la anterior entrada de esta serie dedicada al texto Tiempo, de Xavier Zubiri, quedó dicho que el filósofo catalán reconocía tres
características propias de los elementos de la línea temporal. De la primera (la
conexión) hablé en ese mismo post,
así que lo que conviene ahora es tratar las otras dos: la dirección y la distancia.
Sin embargo no es mucho lo que vale la pena decir de ellas, así que las
despacharé brevemente para poder entrar a un tema mucho más interesante. De la dirección hay que decir que es fija (No
hay posibilidad de ordenar el pasado, el presente y el futuro en un orden
distinto) e irreversible (la línea temporal sólo puede recorrerse en un
sentido, del pasado al presente y de éste al futuro). En cuanto a la distancia lo importante es que es
metrizable (horas, días etc). Con esto termino la
descripción de las tres características que Zubiri encontró en los elementos de
la línea temporal. Ahora entro al siguiente tema, que es en realidad el corazón
de este post: La unidad de la línea temporal (el paso).
De los infinitos momentos consecutivos del tiempo sólo uno,
el ahora-presente, tiene existencia
(pues, evidentemente, los ahora-pasados
ya dejaron de existir, y los ahora-futuros
aún no han existido). Así que Zubiri se pregunta: ¿Cómo es posible formar un
conjunto con una serie de elementos, cuando sólo uno de ellos existe?
Respuesta: Ese conjunto, al que llamamos Línea Temporal, sólo es posible como construcción mental, es decir si mentalmente
voy adicionando momentos pasados y futuros a uno y otro lado del presente. Esta
afirmación podría llevar a la conclusión equivocada de que la línea temporal
carece de existencia. Es verdad que la línea temporal no tendría una realidad sustantiva (linda distinción que
hace Zubiri) más que en el ahora-presente; pero sucede que ese
elemento se articula de determinada manera con los demás ahoras, y es en esa articulación en la que el tiempo cobra su
realidad. ¿Y qué es esa articulación? Es un pasar,
dice Zubiri. Y, entonces, empieza lo
bello:
Pensemos en dos tipos de conjuntos: el espacial y el
temporal. En el espacial el elemento es el punto,
en el temporal, como ya lo vimos, el ahora.
Una diferencia primordial entre estos dos elementos radica en que el punto está entre los demás puntos, el punto
tiene estancia en ese conjunto, una estancia entre. El ahora, por el contrario, no tiene estancia, sino que, “como decimos muy exactamente en español, está de paso”. Lo que Zubiri quiere
decir no es que el ahora-presente
deje de existir tan pronto sucede. No es a ese pasar a lo que se refiere. A lo que se refiere es que la puntualidad,
la instantaneidad, del ahora-presente
consiste en un venir-de y un ir-a. Mientras el punto espacial está
entre los demás puntos, el ahora viene de
otros ahoras y va a otros ahoras. Es transcurrente, dice Zubiri. Y, como
siempre, de manera muy predecible, se pregunta ¿Y qué es esa transcurrencia?
Pues bien, la transcurrencia
no significa que el tiempo sea la copulación de un antes, con un ahora y con
un después. Significa que cada ahora-presente es, en sí mismo, un ahora-de-a. En otras palabras: el ahora-presente está abierto al pasado y
al futuro. ¿Qué significa ese estar abierto? Básicamente significa que el ahora-presente constituye a los demás
ahoras y, además, se constituye de los demás ahoras. Así: Por un lado sólo en
el ahora-presente el pasado es pasado y, por otro, el ahora-presente es presente por tener un pasado. Lo mismo aplica para la relación
entre el ahora-presente y el futuro. Zubiri lo expone de esta manera: “Al ahora-presente no se le añade un momento
de antes y un momento de después, sino que el ahora-presente, en sí mismo, es actual y formalmente un ahora-despues-antes, esto es, un ahora-de-a. El pasado y el futuro son la estructura formal misma del ahora-presente. Por tanto, el ahora-presente tiene por sí mismo y en
sí mismo continuidad temporal real
con su propio pasado y con su propio futuro.”
Por supuesto esta apertura
del ahora-presente sólo se da en relación
con su propio pasado y con su propio futuro, es decir, con su pasado y su
futuro más próximos, inmediatos. Pero cada momento pasado tuvo la misma característica
cuando fue ahora-presente, surgiendo
así un fenómeno de concatenación entre los ahoras. Es esta concatenación la que
nos lleva a construir mentalmente la línea temporal. La línea temporal es una
construcción mental, cierto, pero no es una construcción caprichosa, sino, por
el contrario, una construcción impulsada por el modo cómo transcurre el
ahora-presente.
Intento simplificar: El presente es presente por estar
abierto al pasado y al futuro, por haber venido del uno e ir al otro. Cada
presente (aquellos que ahora son pasado) han tenido esa característica. Y
entonces me pregunto: ¿Se puede leer en esta dinámica una relación de inclusión
y anticipación? Quiero pensar que sí, que de alguna manera el presente contiene
algo del pasado (pues es el pasado el que lo provoca) y que de alguna manera
anticipa al futuro. ¿No se esconde allí el concepto de eternidad? Tenemos la
idea de que el tiempo es eterno. Quizá sea una idea acertada. ¿Y el presente
del hombre incluiría su pasado y anticiparía su futuro? Tenemos la idea de que
la eternidad es ajena a los hombres. ¿Es ajena? ¿O estará en mi presente
incluido mi pasado y el pasado anterior a mi pasado? Quizá sea mi deseo de
hallar una imagen que me dé gozo, quizá sea una sobre-interpretación mayúscula
del texto de Zubiri, quizá esté forzando los límites de lo expuesto por él
hasta un punto en el que desdibuje sus tesis ¿Y por qué no hacerlo? La cadena
de ahoras de la que habla Zubiri puede ser el medio por el cual aquellos que he
conocido, y aquellos que no conocí, residan en esto que soy ahora, ya.
Y al
lado del camino, junto con los nuestros, retornarán al polvo los restos de
todos los viajeros que habrán de recorrer la misma senda en el futuro, con la
mirada fija en las mismas constelaciones.
Omar Khayyam
Rubaiyat
Como cualquier novelista de suspenso, Zubiri termina este
primer capítulo anticipando lo que nos espera en el segundo. Nos dice que esta
línea temporal es la línea del transcurso de las cosas, así que lo que viene es
el estudio del tiempo desde ese otro punto de vista, el punto de vista de las
cosas transcurrentes. Si todo sucede como espero (si aún me restan suficientes ahora-presentes que tengan apertura a su
propio ahora-futuro) será esa la
materia de mi próximo post sobre Zubiri y el tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario